A la creciente aversión al riesgo global derivada de las dudas sobre la fortaleza del sistema bancario mundial tras la quiebra del estadounidense Silicon Valley Bank, se le suman las dudas locales por la inflación y la pérdida de reservas.
Analistas y operadores opinan sobre el futuro de la economía argentina, en medio de un complejo panorama económico local y externo. A la creciente aversión al riesgo global derivada de las dudas sobre la fortaleza del sistema bancario mundial tras la quiebra del estadounidense Silicon Valley Bank, se le suman las dudas locales por una creciente inflación, desaceleración económica, menores exportaciones agrícolas por una dura sequía y escasas reservas del banco central (BCRA), en un año electoral.
El país aguarda que el Fondo Monetario Internacional (FMI) apruebe las nuevas metas de reservas para 2023. “Lo que sí parece es que en esta crisis, a diferencia de otras, los bancos centrales reaccionaron rápido, dando liquidez, que es lo único que pueden hacer en estos casos. Pero también, esta crisis demuestra que el dinero se mueve de un banco a otro mucho más rápido que en el pasado, y eso acelera mucho las crisis financieras y las entidades no tienen forma de resistir a esa salida rápida de depósitos”, dijo Javier Timerman, socio de Adcap Grupo Financiero.
“La mayor quiebra de un banco desde la crisis financiera del 2008 desató la aversión al riesgo en el mercado y una marcada compresión en las tasas de interés de Estados Unidos”, dijo Balanz en un informe.
“El deterioro en el corto plazo de los fundamentals macro (caída en las reservas, aceleración de la inflación), las tensiones financieras en los mercados globales y la incertidumbre política parecen impulsar al alza al CCL (dólar alternativo), teniendo el arbitraje dólar-tasa un rol reducido”, dijo Delphos Investment.
“Hoy el centro del problema está en este desborde fiscal. Hay que ordenar las cuentas fiscales, en el mediano plazo hay que bajar la presión fiscal y salir de este esquema de represión financiera que trae aparejado el populismo”, dijo en declaraciones radiales Federico Poli, economista y asesor del Centro de Estudios de la Unión Industrial Argentina.
“La tímida suba de tasa de Leliqs y plazo fijos minoristas a 78% (por parte del BCRA) tiene poco para ofrecer en materia de contención de inflación o los dólares financieros. Para peor, más tasa implica mayor crecimiento endógeno de los pasivos remunerados del BCRA, agrandando la ‘bola de nieve’ de Leliqs, lo cual puede considerarse emisión futura”, señaló el economista Roberto Geretto, de Fundcorp.
“Sin una fuerte ancla fiscal, corrección de precios relativos y eliminación del cepo, bajar la inflación sustancialmente va a ser poco probable”, señaló.
“La inflación de marzo probablemente viene por encima de la de febrero. Marzo es un mes estacionalmente complejo en materia de aumento de precios porque la actividad económica en todos los sectores vuelve a su normal transcurrir”, afirmó Ricardo Delgado, economista de Analytica. “Difícilmente el piso del 6% se pueda perforar y estemos más cerca del 7% en el mes de marzo”, agregó.
El duro coletazo internacional
“Este escenario internacional resulta inoportuno (para Argentina) ya que complejiza la actual etapa de transición hasta las elecciones, donde los operadores ni siquiera logran poder ganar claridad aún respecto a las alianzas que resultarán claves para los comicios y también encarar de inmediato un plan económico integral, en busca de corregir lo más rápido posible los serios desequilibrios acumulados y mejorar la confianza de los agentes”, dijo Gustavo Ber, de Estudio Ber.
“Seguir atrasando el tipo de cambio, donde evidentemente no fue ancla de precios, con drenaje de reservas diarias, no luce una gran estrategia para conseguir dólares”, afirmó el analista Salvador Vitelli.
Vamos a tener un año donde “la actividad económica va a estar del lado negativo, con una inflación alta, y tampoco ayuda el mundo”, dijo el economista Fausto Spotorno, quien estimó que de cara al próximo año “nadie puede decir que va a ser fácil el esenario económico del próximo Gobierno. Va a tener que tener un programa económico muy bien pensado e implementado con suma rapidez”.
“La apuesta por sostener el salario real ‘hasta donde se pueda’ será el -quizás único- objetivo que el Gobierno se trazará en la previa electoral”, estimó Ecolatina.
“Paradójicamente, o no tanto, esto no será a través de una desaceleración de la inflación, sino a incrementos salariales más cercanos a ella, minando todavía más el poder adquisitivo de trabajadores informales y beneficiarios de la seguridad social”, agregó.
“La sequía es dramática. Cada semana parece que es aún peor porque se siguen recortando las estimaciones. Esto va a tener múltiples causas, lo primero y lo más relevante es que tensiona el esquema cambiario que intenta instrumentar el Gobierno con la devaluación progresiva, que es la alternativa para evitar una devaluación de un salto. Es el talón de Aquiles de la estrategia del Gobierno”, afirmó Santiago Manoukian, de Ecolatina.
“Las expectativas internacionales son malas y las locales son peores, atento a los desequilibrios en los fundamentos económicos y financieros”, afirmó VatNet Financial Research.
“De no mediar novedades ‘deus ex machina’ de la política nacional e internacional, esperamos mercados muy volátiles y con posibilidad de cambios abruptos”, afirmó.