El senador por Tarija obtuvo el 54,5% de los votos y asumirá el poder tras 20 años del MAS. El presidente del TSE, Óscar Hassenteufel, aseguró que la tendencia “es irreversible”, al marcar una diferencia cercana a los diez puntos sobre Jorge “Tuto” Quiroga.
Con el 97% de los votos preliminares escrutados, Rodrigo Paz Pereira, el candidato del Partido Demócrata Cristiano obtuvo más del 54% de los votos, frente al 45% de Jorge Tuto Quiroga. El próximo 8 de noviembre asumirá el cargo para dar inicio a una nueva etapa del país tras más de dos décadas del MAS en el poder.
Después de semanas de intensa campaña y debates sobre el rumbo económico y político del país, Bolivia eligió ayer a su nuevo presidente. Los resultados del Tribunal Supremo Electoral (TSE) marcan el triunfo del senador centrista Rodrigo Paz Pereira, quien asumirá el desafío de gobernar en un contexto de crisis económica y polarización social.
Con el 97% de los votos escrutados, Paz, candidato del Partido Demócrata Cristiano (PDC), se impuso sobre el ex presidente Jorge Quiroga (2001-2002) de Libre, con el 54.53% de votos frente a al 45.47%.
El primero en reaccionar al resultado fue el candidato a vicepresidente, Edmand Lara, quien en la puerta de su domicilio agradeció por la confianza de los bolivianos y emitió un mensaje de conciliación. “Hoy el pueblo nos da la oportunidad de gobernar Bolivia para todos.
Llamo a la unidad y a la reconciliación de los bolivianos”, manifestó. “Se acabó la campaña política, hay que trabajar por Bolivia, la patria está primero”, agregó.
Por su parte, y al reconocer su derrota, Quiroga manifestó que llamó al presidente electo para expresarle sus felicitaciones y descartó indicios de fraude en la votación. “Entiendo el dolor que nos embarga, créanme que si tuviéramos una evidencia sistémica (de fraude) la pondríamos sobre la mesa”, afirmó. El ex presidente agradeció a su equipo y manifestó que “le duele no poder hacer por Bolivia lo que Bolivia merece”.
La inédita segunda vuelta presidencial consolida el cierre de un ciclo político dominado por el Movimiento Al Socialismo (MAS), con Evo Morales y Luis Arce. El frente que gobierna el país desde 2006 con excepción de un año fue derrotado en la primera vuelta de agosto, cuando obtuvo apenas el 3,1% de los votos.
Dentro de tres semanas, el presidente Arce entregará el mando de un país en recesión y sumido en una profunda crisis económica a raíz del desplome de la industria de los hidrocarburos, que era su principal fuente de ingresos. Desde hace más de dos años que los bolivianos experimentan una subida constante de los precios, escasez de combustible y una crisis cambiaria por falta dólares.
En ese contexto, las propuestas económicas dominaron el debate político en estas elecciones con más puntos en común que desacuerdos. Paz centró su propuesta en la reducción del gasto fiscal, la redistribución del presupuesto nacional en favor de las regiones y reformas tributarias bajo el concepto de “capitalismo para todos”. A diferencia de su adversario, el presidente electo descartó acudir en primera instancia a los organismos de financiamiento externo y apuesta por una mejor administración fiscal porque “cuando no se roba, la plata alcanza”.
“Es un gobierno que va entrar a apagar un incendio que ya está propagándose. Hay muchos temas por abordar” dicen los analistas.