El líder de La Cámpora bajó al recinto a último momento. El proyecto que pasó al Senado fue aprobado con 202 votos positivos, 37 negativos y 13 abstenciones
Tras una maratónica sesión de más de 12 horas, el oficialismo logró aprobar en la Cámara de Diputados el acuerdo con el FMI para refinanciar la deuda de USD 44 mil millones contraída por Mauricio Macri en 2018. La votación cerró con 202 votos positivos, 37 negativos y 13 abstenciones.
Luego de haber mantenido su posición en el más estricto hermetismo durante toda la tarde, Máximo Kirchner y los diputados de su espacio optaron por bajar al recinto a último momento. La Cámpora votó negativamente, al igual que los tres legisladores de Patria Grande. El Frente de Todos tuvo 28 votos negativos
También rechazaron el proyecto los diputados Libertarios -con fuertes discursos de Javier Milei y José Lus Espert-, los dos de la Corriente Clasista y Combativa, Ricardo López Murphy y los cuatro del interbloque del Frente de Izquierda. La votación finalmente llegó pasadas las 3 de la madrugada.
Al término de la sesión, desde Juntos por el Cambio volvieron a cuestionar la irresponsabilidad del kirchnerismo. “Si no estábamos acá esta noche la Argentina entraba en default”, aseguraron a Infobae.
Por su parte, en la bancada del oficialismo se mostraron satisfechos por la cantidad de votos afirmativos totales y destacaban que el resultado confirmó que eligieron “la estrategia de negociación correcta”. Cabe destacar que si Juntos por el Cambio decidía abstenerse como planteó antes de llegar a un acuerdo con el oficialismo, los votos positivos (77) habrían sido menos que las abstenciones totales.
Al inicio de la jornada, la ausencia de Máximo Kirchner durante el llamado para dar quórum había sido una primera señal de alarma para el oficialismo, que todavía desconocía su posición a la hora de votar. El líder de La Cámpora, que hace poco renunció a la jefatura del bloque en rechazo al acuerdo, estaba en su oficina pero decidió no participar del debate. La sesión comenzó con 129 diputados en el recinto, número exacto para poder iniciar el debate.
La silla vacía de Máximo Kirchner alimentó especulaciones durante toda la tarde sobre la posición que asumiría el kirchnerismo duro, ya que una veintena de diputados podía ausentarse, abstenerse o directamente votar en contra. Finalmente se confirmó la última alternativa, que representa un duro golpe a la unidad del Frente de Todos y a la gobernabilidad de Alberto Fernández de cara a los próximos dos años.