En el desarrollo de la homilía del inicio de su pontificado, el Papa León XIV, recordó a Francisco y detalló los pilares en los que se basará su pontificado.
Este domingo 18 de mayo, se llevó a cabo la entronización del Papa León XIV en la Plaza de San Pedro ante miles de fieles y alrededor de 200 delegaciones internacionales. En ese marco, el Sumo Pontífice afirmó que el “Papa no puede ser un líder solitario o un jefe por encima de los demás” ya que “Dios, quiere a todos unidos en una única familia”.
“Pedro debe apacentar el rebaño sin ceder nunca a la tentación de ser un líder solitario o un jefe que está por encima de los demás, haciéndose dueño de las personas que le han sido confiadas. Por el contrario, a él se le pide servir a la fe de sus hermanos, caminando junto con ellos”, dijo el pontífice estadounidense en su homilía.
Qué dijo el Papa León XIV
Luego explicó que los cardenales llegaron al cónclave “con historias personales y caminos diferentes” y que se expresó el deseo de “elegir a un pastor capaz de custodiar el rico patrimonio de la fe cristiana y, al mismo tiempo, de mirar más allá, para saber afrontar los interrogantes, las inquietudes y los desafíos de hoy.
El pontífice confesó: “Fui elegido sin tener ningún mérito y, con temor y trepidación, vengo a ustedes como un hermano que quiere hacerse siervo de su fe y de su alegría, caminando con ustedes por el camino del amor de Dios, que nos quiere a todos unidos en una única familia”.
Pilares del pontificado del Papa León XIV
En otro momento, el Papa León XIV aseguró que “amor y unidad” son “las dos dimensiones de la misión que Jesús confió a Pedro”, es decir los pilares en los que se basará su pontificado.
Aseguró que aunque la misión de Pedro es la de “pescador de hombres” y por tanto la de la Iglesia católica, “no se trata nunca de atrapar a los demás con el sometimiento, con la propaganda religiosa o con los medios del poder, sino que se trata siempre y solamente de amar como lo hizo Jesús”.
Y aseveró que como afirma san Agustín: ‘Todos los que viven en concordia con los hermanos y aman a sus prójimos son los que componen la Iglesia’ por lo que uno de sus primeros “grandes deseos” fue el de “una Iglesia unida”.
“Hermanos y hermanas, quisiera que este fuera nuestro primer gran deseo: una Iglesia unida, signo de unidad y comunión, que se convierta en fermento para un mundo reconciliado”, reclamó.